27 abril 2011

Una buena moraleja!

Jaime estaba intentando conseguir una parte en una obra en la escuela. 
Su mamá contaba que el niño había puesto su corazón en ello y ella temía que no fuera elegido. 
El día que las partes de la obra fueron repartidas, yo estaba en la escuela. 
Jaime salió corriendo con los ojos brillantes, con orgullo y emoción. 

"Adivina qué mamá"  gritó y luego dijo las palabras que permanecerán como una lección para mi: 

“He sido elegido para aplaudir y animar". 

MORALEJA: 
El trabajo más humilde y sencillo es muchas veces el más importante. 
Seamos siempre positivos